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Lo cotidiano: Diversos estilos de vida en una sociedad desigual.

 

Colombia, en 1938, era un país dónde el 70% de la población tenía como lugar de residencia el territorio rural. Mientras que solo un 30% estaba viviendo en las ciudades. Dicha predominancia de lo rural marcaba unos gustos y estilos de vida claros en la vida de los colombianos que, adicionalmente, tenían una marcada diferencia social entre las clases altas de la sociedad y el pueblo trabajador.

Hacia la década del 40 el país comienza a trasladarse a lo urbano. Crisis en el agro, fuertes enfrentamientos violentos por ideales políticos y un primer impulso de la industrialización son los principales causantes de la búsqueda de un nuevo rumbo por parte de las familias campesinas que vieron en los territorios urbanos un escape a la mala calidad de vida que se estaba desencadenando en el campo. Dicha migración a lo urbano ayudó, sin duda, a mejorar las condiciones de vida en el país pues el promedio de vida pasó de 40 a 58 años en tan solo 20 años (De 1940 a 1960), además, la población se duplicó en tan solo 28 años pasando de 8.7 millones de habitantes, en 1938, a 17.5 millones en 1964. Es vital entender el cambio que sufrió Colombia durante mitad y final del siglo XX pues esto cambió progresivamente la forma de ver y actuar dentro de la sociedad que se volcó completamente y a final de siglo cambió la cifra, poniendo en la cima a los territorios urbanos con un 70% mientras que los territorios rurales se van desvaneciendo con tan solo 30% de la población habitando en ellos.

Teniendo en cuenta los datos anteriores se puede volver a revisar el desarrollo de la vida cotidiana en Colombia en un momento marcado por los cambios, las revoluciones y la violencia. Sin embargo, antes de hablar de la renombrada violencia bipartidista, que marcó al país, es bueno repasar otra problemática que hizo parte de la vida diaria de la sociedad colombiana, la inequidad social. Durante está época es claro diferenciar dos clases que regían el comportamiento de los ciudadanos: La élite (conformada por los grandes comerciantes, los gobernantes y la gente adinerada del país) y el pueblo (conformado por la gran mayoría de los ciudadanos, trabajadores, obreros y campesinos).

Es clave hablar de esta diferenciación de clases pues, gracias a ella, se marcaron dos grandes corrientes dentro del desarrollo cultural y de entretenimiento en las ciudades, y en el país en general. Los teatros, la prensa, los programas radiales y otras actividades estaban dirigidas, si bien al pueblo por un lado o a la élite por otro pero muy poco a ambas caras de la sociedad.

Es importante destacar la importancia que tuvo todo el proyecto liberal durante su periodo de gobierno dentro de los pensamientos y la vida cotidiana de la gente pues mediante los periódicos y emisoras radiales proyectaban sus ideales de difusión cultural, dándole así, mucha importancia al entretenimiento, la música, el teatro y otras prácticas que influyeron en el comportamiento, pensamiento y actuar de los Colombianos. Aunque, por irónico que suene, la mayoría de estos impulsos, como la radio, dieron sus primeros pasos en el periodo de Republica Conservadora pero fue durante el mandato liberal que se aprovecharon como impulso político, económico y cultural dichas expresiones.

A Continuación haremos un paralelo entre los componentes más grandes de las industrias culturales y la vida cotidiana en Colombia, sobre todo en las grandes ciudades, epicentro de la radio, que posteriormente se desplazaría a los ambientes rurales.

Revisando medios de comunicación de la época como la Revista Semana ó la Revista Cromos (Ver Imagen 1), es claro ver como estos eran dirigidos a un segmento único de la población con intereses sesgados acerca de la política, la moda, el entretenimiento y la actualidad del país, temas que eran de importancia para la clase media alta del país e incluso para las personas que ya residían en los cascos urbanos. Por otro lado periódicos de carácter más popular, como El Tiempo (Ver Imagen 2), exhibían en sus páginas, además de la actualidad y la política liberal habitual en sus noticias, temas de entretenimiento y vida social, anuncios de interés para las familias e incluso una lista con los precios de los productos ganaderos y agrícolas para guiar el trabajo de los trabajadores campesinos, inmensa mayoría en ese momento en el país.

 

 

Por otro lado, dentro de la vida cotidiana era habitual asistir a espectáculos deportivos con las familias y amigos cercanos e incluso participar en apuestas de resultados dentro de deportes como el fútbol, las carreras de caballos, el ciclismo e incluso el hockey. Ir a estos eventos era de alto prestigio e incluso conversar acerca de las grandes apuestas entorno a la hípica y los primeros encuentros de fútbol semi-profesional. Por el lado de los deportes populares se destacan, sobretodo en los territorios rurales, deportes más autóctonos como el tejo, diversión que hasta ahora permanece muy arraigada a la cultura campesina y popular del país.

Por el lado cultural se incentivaba por parte del gobierno una gran oferta en los diversos teatros de las ciudades, en el caso de Bogotá el Salón Olympia, El Teatro Colón, el Teatro Faenza y el Municipal, dónde se ofrecían diversos espectáculos de teatro, orquestas y proyección de cine. Por su lado el Salón Olympia logró unificar a ambas clases en su recinto al implementar una innovadora forma de proyectar las películas en una misma tela en la mitad del salón, de esta forma un público de clase media-alta pagaba la boleta completa y se ubicaban al frente de la pantalla por su lado la gente menos adinerada, que pagaba menos de la mitad del valor normal, se ubicaban detrás del telón y debían leer los títulos al revés.

Más cercano a la élite se encontraba el Teatro Faenza que con su gran estructura y las localidades que manejaba (Palcos, balcones, etc) se convirtío en la oferta predilecta de las familias de alta sociedad que querían socializar. La oferta de cine variaba entre obras nacionales (Basadas en adaptaciones literarias e historías de amor y cotidianidad) y  cine extranjero.

Esta época se caracterizaba por la gran cantidad de música ofrecida en la programación radial y con un amplio rango pues se podía escuchar desde las más refinadas sinfonías hasta la oferta de música popular de la época.
Precisamente esto era lo más interesante dentro de la difusión perifónica y, posteriormente, radiofónica de música pues en la misma estación se podía encontrar un repertorio de Musica del Conservatorio Nacional y grandes obras de la música clásica europea y en otra franja diferente música popular, baladas, cumbias y folclor colombiano.

Además de la radio se destaca la gran llegada de música en vinilo por vías marítimas de diferentes lugares del mundo, en su mayoría música mexicana, argentina y algunos trabajos de las big bands de jazz y música academica estadounidense y europea. Algunos de estos géneros se replicaron en Colombia y no solo musicalmente si no también su impacto cultural y todas las manifestaciones alrededor como pasó con las reuniones y cocteles amenizados por grandes orquestas como las de Lucho Bermudez o Pacho Galán.

Dentro de esta sociedad colombiana, sobre todo las mujeres de clases media y alta, era casi una obligación estar pendiente de los últimos estándares de la moda que se exhibían en las revistas y seguirlos de pies a cabeza. Dicha moda cambiaba con el clima e incluso de acuerdo a los vestuarios usados por grandes mujeres del panorama mundial que, igualmente, salían en las revistas. Por su lado los hombres conservaron por un largo periodo el clásico vestido elegante con sombrero o boina.

© 2014

Por Juan Jaramillo

Jairo Rocha

Pontificia Universidad Javeriana

 

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